Con una voz no muy seductora, con poca sensualidad; con sólo pronunciar algo y de inmediato todo a su alrededor se estruenda, su personalidad impetuosa, dominante más allá de cualquier autoridad, su determinación absoluta e irrevovocable, sin embargo la dulzura pasa a su al rededor envolviéndola totalmente.
Un día como cualquiera, pasaba con su enorme presencia dejando el aire áspero y con miedo hacia quiénes la miraban, pero se encontró con la persona más delicada, risueña y dulce que había podido conocer...Sin darse cuenta se dejó contagiar por su hermosa sonrisa deleitándose con la mirada de aquella persona seductora y perspicaz, pues pudo captar la atención de aquella mujer.
Esa persona algo atolondrada, desafía su enorme ego como si fuera un juego de conquista donde la estupidez ha ganado sin fin de batallas, dejando su sensatez perdida en la confusión; llena de dudas y cuestionándose si realmente esta sucediendo esto. Por su parte esa mujer apremia toda lucha incesante que cualquier persona haga por ella, pues es en sí La Vida Entera!
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